domingo, 1 de abril de 2012

Alfredo Piedrafita, guitarrista de Barricada

Foto Patxi Ilundain
«Cada disco sigue siendo tan emocionante como el primero»

Txantrean Auzolan, abril de 2012

Tras toda una vida dedicado a la música, citamos a Alfredo Piedrafita, guitarrista de Barricada, en la plaza de la Txantrea donde se crió. Con él recordamos esos viejos tiempos, y aprovechamos para que nos hable de Flechas cardinales, el nuevo disco de Barricada que verá la luz el próximo día 17 de abril.

¿Qué recuerdos te trae esta plaza de la Txantrea? 

Recuerdos entrañables, yo pasé aquí toda mi infancia y adolescencia, y esos son los años que realmente te marcan la vida. Mi primer pensamiento es todo lo que físicamente ha cambiado desde que desapareció el cine y, más recientemente, el colegio Federico Mayo en el que yo estudiaba. Por otro lado me llama la atención lo apagadilla que está la plaza, con la mayoría de las persianas echadas, cuando en aquellos años esto era un auténtico hervidero. Recuerdo la tienda de chucherías del Victorino, la panadería de la esquina, la lechería de Abilia, la relojería de Arrondo que antes era de Mateo, el bar Ángel, los vecinos… 
Eran tiempos en los que las puertas de los portales estaban siempre abiertas, incluso las viviendas. Había tanta confianza que como las casas no estaban cerradas te entraban los vecinos sin necesidad de llamar a la puerta. Igual te veían por la calle y te decían: “Alfredito, tráeme una barra de pan”, y le llevabas el pan a la vecina. Era una historia muy familiar, como en los pueblos de donde venía la mayoría de la gente.

Alfredo Piedrafita señala con su mano la casa de la plaza de la Txantrea donde vivió su infancia y adolescencia (foto: Patxi Ilundain).

Tu primer contacto con las cuerdas de una guitarra tuvo lugar en la Rondalla que dirigía el señor Bienes… 

Lo cierto es que mi experiencia como rondallero no duró mucho, se trató un poco del capricho de mis padres. A mí hermano y a mí nos apetecía aprender a tocar la guitarra, y por no comprarnos lo mismo nos cogieron una guitarra y un laúd, y como él era el hermano mayor le tocó la guitarra y a mí ese instrumento horrible. Fuimos a la Rondalla, pero duramos un par de días como mucho, no nos gustó el ambiente y el laúd se quedó en el fondo del armario. 

Más tarde surgió en esta misma plaza el Rastro. 

El Rastro fue un importante centro cultural, pero no sólo de la Txantrea como nos podía parecer, sino de toda Pamplona. Era flipante levantarte la mañana del domingo y ver que además de venderse cosas usadas, había personas que vendían sus dibujos, sus artesanías…, antes de que se ampliara con la venta de verduras, calzados, etc. Y en el escenario que se montaba, un día podías ver un grupo de teatro, otro día una banda de rock, o de punk, y la plaza siempre estaba llena de gente. 
Foto: Patxi Ilundain

En esa abarrotada plaza diste uno de tus primeros conciertos con tu antigua banda: Pabellón Negro. 

Era la época de la transición, y hasta entonces el rock era algo que sólo se había visto en el extranjero, ya que aquí había estado prohibido por la ley de peligrosidad social. Conocíamos grupos guiris, pero por aquí lo que más habíamos visto era algún cantautor. Entonces los primeros grupos de Pamplona, como Magdalena, una banda que ensayaba en la Magdalena, empezaban a enchufar las guitarras. Anteriormente lo que se conocía eran los grupos tipo orquestas, como Los Brujos, que ensayaban en los gallineros de algunas casas de la Txantrea. 
Alfredo tocando en el Rastro de la Txantrea con Pabellón Negro.

En abril de 1982, justamente hace 30 años, Barricada realiza aquí su primer concierto, poco después tú entras a formar parte de este grupo ¿Cuál fue para ti la clave del éxito de Barricada? 

Supongo que ese punto de ser un grupo especial, único…, ya que se trataba de una historia que venía del rock, pero las letras contaban cosas reales y no tenía nada que ver con el rock sinfónico que se estilaba en ese momento, con grupos como Bloque que te hablaban de historias épicas. Barricada cantaba cosas de la calle, y además coincidió con una época en la que había mucho meneo popular, mucho movimiento social, y de alguna manera la gente se sintió identificada con la historia de Barricada. 

Han pasado tres décadas y veintiún discos, ¿llegasteis a pensar que esta historia iba a dar para tanto? 

Para nada. Cuando empezábamos y me preguntaban: «¿Te ves con cuarenta años encima de un escenario?», pensaba: «Con cuarenta no me veo ni encima ni debajo, sino en el sillón de mi casa». No nos lo podíamos ni imaginar, sólo pensábamos en el día a día. Sin embargo, poco a poco la vida nos ha ido trayendo hasta aquí. 

Y aquí seguís, con un nuevo disco que sale a la venta el 17 de abril. 

Y muy contentos, aunque es cierto que cada vez cuesta más. Especialmente por ese objetivo que tenemos siempre de intentar hacer algo diferente. Estamos marcados por ese sello de Barricada, y las canciones tienen que sonar a Barricada, pero aunque parece que no te puedes salir de esa línea, nosotros lo hacemos, porque tampoco podemos repetir lo que ya hemos hecho antes. Así que tienes que darle muchas vueltas, y dar otro tratamiento a las canciones para intentar que suenen frescas, actuales, diferentes a las anteriores. El reto siempre es importante, pero si el resultado es tan bueno como en este disco sentimos una mayor satisfacción. 

¿Qué diferencias nos vamos a encontrar con respecto a La tierra está sorda

Nuestro último trabajo fue un disco conceptual, un álbum muy trabajado. Nos sentimos muy orgullosos del éxito y la aceptación que tuvo, posiblemente ha sido de lo mejor de nuestra discografía. Ya entonces nos preguntaban si iba a tener una segunda parte, pero teníamos muy claro que no, lo que nos apetecía era hacer un disco de canciones como el que ahora hemos hecho. 

¿Se ha notado también el parón desde la última gira? 

Nos ha venido bien este año sin salir a la carretera, nos ha permitido despejar la cabeza, airearla un poco y esperar a que surjan nuevas ideas. Los músicos normalmente tenemos el miedo de quedarnos secos y que no nos entren ideas, en este caso no ha existido ese problema. Estuvimos seis meses descansando, yo en concreto viajando, pero siempre iban surgiendo cosas, riffs que iba grabando, y por eso no ha costado mucho volver a arrancar. 

Sorprende ver la emoción que le ponéis a un nuevo disco con tantos años de oficio… 

Y es que todo es muy emocionante: la grabación, pensar en la carátula, el formato en el que va a salir…, sigue siendo tan emocionante como con el primer disco. 
Formación actual del Barricada (Foto Miguel González)

Después del éxito de La tierra está sorda no habéis dudado en volver a contar con Iker como productor. 

Iker nos conoce como nadie, y es que él nació a la vez que nosotros. En el anterior disco nos quedamos muy contentos, y viendo cómo ha ido evolucionando y la cantidad de discos que está produciendo en su estudio, no dudamos que era la persona idónea para lograr un sonido actual sin perder la identidad de Barricada. Y lo cierto es que nos hemos quedado muy contentos, ya que, además, a la hora de grabar siempre aporta muchas ideas. 

Y vuelta a la carretera… 

Vuelve el ajetreo y lo notas en que el teléfono no deja de sonar. Además de hacer canciones, un nuevo disco conlleva muchas más cosas que también tienes que cuidar, y se amontona el trabajo. Así hasta que el disco sale y arrancas de nuevo con los conciertos. A partir de ese momento, te dedicas a lo que realmente es el premio de todo esto: tocar el disco que has grabado. 

Tras este paréntesis ¿hay mucho mono de escenario? 

Sí, mucho. Hace unos días estuvo La Fuga tocando en Villava y me invitaron a tocar un tema con ellos; tenía tantas ganas de tocar que cuando me bajé del escenario casi ni me había dado tiempo a enterarme, estuve en una nube y se me pasó el momento muy rápidamente. Por suerte ya está todo preparado para empezar a rular otra vez. 

En este disco has vuelto a cantar un par de temas. 

Siempre he dicho que a mí no me gusta especialmente cantar. Habiendo gente en el grupo que cante mejor que yo, lo importante es que la canción quede bien. Cuando estaba El Drogas era así, se veía la canción con uno y con otro y se decidía: «Esta me va mejor a mí, esta otra a ti». Ahora, al Boni se le queda todo el curro de las voces, y como vimos que había un par de canciones que me venían bien a mí, es decir, que me resultaba cómodo cantarlas y tocarlas –añadido a que viene bien descargarle un poco de trabajo–, me animé a cantar esos dos temas. No suelo tener problemas para cantar, pero me suelen gustar más las canciones cantadas por otros, y de ese modo yo puedo enredar más con la guitarra. 

Kutxi Romero también te acompaña en uno de estas canciones.

La letra del tema que canta Kutxi conmigo –“La balanza”– es suya. Siempre nos ha gustado mucho cómo escribe Kutxi, nadie puede negar que es uno de los mejores escribiendo, y por eso nos apetecía contar con una letra escrita por él. Escribió este tema y lo cantaba yo, pero se me ocurrió: “Si le apetece al Kutxi cantarse alguna estrofa seguro que quedará muy bien”. Se lo comentamos, y a Kutxi no hay que amenazarle para que se anime a colaborar, y con nosotros más. Enseguida vino y la cantó en un boleo, ya que tiene la suerte de que cualquier canción cantada por él queda bien. Y nosotros encantados.

Iker es la otra colaboración con la que cuenta el disco.

Participa en el tema “Remiendos”, ya que también es autor de parte de la música. Se trataba de una música que teníamos a medias entre los dos, y como era también un tema suyo –aunque como productor ha metido guitarras, teclas, coros…– nos apetecía que quedara constancia de ello metiendo también la voz, que es lo que más nota la gente.

El mes pasado preguntábamos en esta misma revista a Iker, que está triunfando con el nuevo disco de Dikers, pero tú como padre ¿cómo lo ves?

Yo siempre he dicho que me siento muy orgulloso, y no sólo de él, sino de toda la banda, de los que están ahora y de los que han estado antes, siempre los he visto gente muy maja, y nosotros siempre hemos pensado que antes que músicos somos personas. Se me cae la baba viéndoles tocar, y viendo cómo tratan a la gente, con humildad y con los pies en el suelo. Pueden triunfar más o menos, el mundo del rock ahora está muy difícil, pero además de ver que tienen sus seguidores, me alegra ver que la gente les trata con mucho cariño.
Cuando grabó su primer disco con 16 años se le colgaba mucho el sambenito de ser el hijo de…, afortunadamente con el tiempo ha ido demostrando que esto no es el capricho de el hijo de un músico, sino que es su vocación  y que realmente vale, igual que es productor porque vale y no por ser mi hijo. Los veo muy bien y me alegra que por fin la gente reconozca el mérito que tienen, y es que Dikers cuenta ya con seis disco y lleva 13 años en esto de la música. Como productor también está empezando a ser reconocido como un buen productor de rock.


Además de la letra de una canción, una buena música también puede provocar muchas sensaciones. 

A mí muchísimas, y aunque tiene tanta importancia una buena letra como una buena música, yo me emociono mucho escuchando sólo música. Y es que la música tiene esa capacidad, además de transportarte en el tiempo a épocas pasadas, también tiene el poder de emocionarte. En nuestro caso, en Barricada, las canciones han nacido siempre de un riff de guitarra, por lo que primero se crea la música y luego se escribe la letra. Por ejemplo, mientras estaba de vacaciones en Australia grabé en el iPad varios riff, y de ellos tres o cuatro los hemos desarrollado en este disco. Después, es la propia música la que pide un tipo de letra, que surge de lo que evoca esa música. 

Otros proyectos de futuro… 

Ahora mismo, tal como está la situación con la crisis, nos quedamos con que llevamos treinta años, seguimos tocando, y nos siguen llamando para tocar. Los proyectos son inmediatos, y ahora se trata de disfrutar de este trabajo, nos ha costado hacerlo y queremos saborearlo lo máximo posible. En ese sentido todos los músicos somos muy egoístas y queremos tocar mucho, y no es solo por dinero, sino que te apetece llevarlo a todos lados y que la gente escuche tu trabajo. El esfuerzo no sirve de nada si no lo muestras, y la mejor manera de hacerlo es el directo. 

Alfredo nos presenta «Flechas cardinales», 
el nuevo disco de Barricada

Pa’ enredarte. Es toda una declaración de principios. Después de un año sin salir a la carretera, recoge las ganas que tenemos de tocar y volver a enredar a la gente «con las cuerdas de nuestras guitarras». 

Punto de mira. Es el primer single. Habla de cómo está el mundo actual, de la cantidad de pasta que se gasta en guerras o en posibles guerras mientras hay gente que se está muriendo de hambre. Puede parecer muy poco poética, pero cuando se hablan de ciertos temas sobra el andarse por las ramas. 

Aguardiente. La gente que nos escucha dice que esta canción recuerda a la época del disco «Rojo», lo que para nosotros es un orgullo, porque significa que no perdemos esa esencia de Barricada. 

Eclipse. Es uno de los temas lentos que tiene el álbum, aunque cuenta con un estribillo bastante cañero. Es una canción muy emotiva, y se puede decir que está cantada en femenino. 

El muelle. Habla sobre los sueños, los cuales unas veces se consiguen y otras veces no, pero por lo menos siempre nos queda el intentarlo. Es una de las canciones musicalmente más punkarras del disco. 

Como el invierno. Es uno de los temas más intimistas. Uno de los que canto yo, ya que en el tono me encontré muy cómodo. 

En lo más pequeño. En cuanto al sonido, es una de las canciones más brutas musicalmente hablando. Cuenta con guitarras bajadas de tono, y es que a mí de vez en cuando me suele gustar jugar con esto, ya que da una sonoridad diferente a las canciones. Una canción muy cañera, muy de directo. 

Hasta diez. Habla sobre el tema del 15-M, las acampadas, etc. Es uno de los temas sociales del disco, los cuales siempre han sido una característica nuestra, y está contado sin muchos tapujos ni florituras. 

Imán. Es otro de los temas intimistas. Se trata de una canción casi totalmente acústica, algo que le da ese toque lento e íntimo, a lo que se suma la letra. Habla de la relación entre dos personas, de cuando llevas con una persona muchos años y te conoce mejor que tú mismo. 

La balanza. Este es un tema hecho a medias con Kutxi Romero – la letra suya es–, que también la canta conmigo, lo cual no deja de ser un placer. Es una canción muy de fiesta y de directo. 

Remiendos. Es el tema más antiguo del disco, la música tiene más de un año y la hicimos entre Iker y yo. Esa es la razón por la que también Iker participa en las voces. Es un tema con mucha melodía, metida sin ningún tipo de complejos. 

Rugir y morder. Posiblemente sea uno de los temas más de directo del álbum. Es una canción muy de Barricada y muy de tocar en directo. 

Flechas cardinales. Es la canción que da título al disco. Musicalmente quizás sea el tema más diferente, es una música más moderna, o al menos esa es la apreciación que yo tengo. Es un tema que habla de cuando te sientas delante de un papel en blanco a escribir, sobre las cosas que te pueden pasar por la cabeza.





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