Tras muchos años cultivando su afición a la escritura, la txantreana Patricia Amigot ha obtenido recientemente el premio Ana María Matute de narrativa de mujeres.
Enhorabuena por el galardón, ¿qué te animó a presentarte al premio? Una amiga me envió la convocatoria y me animé porque tenía tiempo. He estado un largo periodo de baja a causa de un cáncer y esta situación me ha liberado del agobio del trabajo y me ha empujado a escribir algo más. Creo que mucha gente frente a las situaciones complicadas y difíciles utiliza –utilizamos– la escritura como una manera de construir sentido y poder elaborar la experiencia. Así que tuve tiempo y ánimo de reescribir un relato de hace años y de enviarlo. Pero no esperaba el premio, la verdad.
Es un premio con el subtítulo «Relatos de mujeres», esto es, que solo se pueden presentar escritoras, ¿la temática también está relacionada con la mujer? Es un certamen dirigido a mujeres, sí, pero las bases del premio no ciñen los temas a cuestiones relacionadas con las mujeres, aunque no sé qué podría ser una temática relacionada con «las mujeres», todo lo que sucede en nuestras vidas puede ser relevante para mujeres y para hombres. Eso sí, social y culturalmente lo masculino tiene mayor visibilidad y protagonismo; por eso suele pasar que productos culturales protagonizados por hombres sean percibidos como libros o películas sobre asuntos universales –la adolescencia, la valentía, etc.– mientras que si son mujeres tiende a particularizarse y considerarse como «femenino».
Por otro lado, que haya certámenes o ciclos dedicados a mujeres creo que es una forma de compensar esa falta de reconocimiento y de visibilidad características de una sociedad que sigue siendo desigual. A pesar de que se hayan producido cambios y avances, esta desigualdad sigue naturalizada y por ello parece no existir.
Habías ganado antes algunos premios de poesía, ¿has decidido probar con otros géneros literarios? En realidad la escritura siempre me ha acompañado, como a mucha gente. Hace un tiempo escribía más poesía, pero ahora me resulta más difícil y me apetece más intentar contar historias, historias que me saltan a los ojos en la experiencia cotidiana, la mía y la que observo en otras personas. Quizá porque en la narrativa es más fácil captar la tensión, los conflictos que nos atraviesan y que tienen que ver con las condiciones sociales, y suelo mirar desde ahí las cosas… pero me encanta la poesía.
El premio supone también que tu relato sea publicado, ¿es una satisfacción ver publicado tu trabajo? Sí, claro. Pero no escribí el relato pensando que sería publicado y eso es motivo de satisfacción, aunque también da vértigo.
Tú eres doctora en Psicología y especializada en relaciones de género, ¿es un tema que también te gusta llevar a tus composiciones literarias? Más que una cuestión académica, es una cuestión vital y política. O las dos cosas entrelazadas. Si estudié psicología social y género lo hice desde la inquietud política de comprender cómo se configura la realidad social y las formas de vida –y una misma– a partir de procesos sociales. Si percibes la injusticia es porque supones que lo que hay no es natural, que podría ser de otra forma e intentas explicarte por qué se da y cómo puede cambiarse. Desde muy joven me encuadro en el feminismo y eso supone percibir las desigualdades que atraviesan la experiencia de las mujeres y saber que esta desigualdad no es natural, que es fruto de procesos sociales que hay que transformar. Evidentemente, la sensibilidad política –cualquiera, no creo que nadie mire con neutralidad el mundo– te hace mirar de una determinada forma y constituye cómo y quién eres, cómo percibes el mundo y cómo lo cuentas. No creo que hombres y mujeres escriban de diferente manera, ni creo que haya una escritura femenina y otra masculina. Pero sí creo que las experiencias de cada cual emergen en la escritura y que muchas de ellas, en nuestras sociedades, están condicionadas por el hecho de ser mujeres u hombres. Es más probable que sea una mujer la que hable de situaciones o espacios más feminizados. Pero también creo que hay hombres que tienden a escribir sin reproducir tópicos y estereotipos de género, que a este respecto tienen sensibilidad.
Seguramente habrá supuesto un empujón para seguir escribiendo, ¿tienes nuevos proyectos en mente?
De momento mi proyecto pasa por retomar el trabajo. Ojalá tenga tiempo y ánimo de abordar una novela, me encantaría pero lo veo como algo a más largo plazo.
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