Contaba con 89 años y hasta hace pocos meses era habitual verle pasear por las calles de nuestro barrio compartiendo sus recuerdos y su buen humor con todos sus amigos, que eran muchos.
Hace años le dedicamos la portada de Txantrean Auzolan, donde él mismo reconocía: «En la Txantrea tengo amigos por todas partes, donde entro yo no hay tristeza». Allí nos contaba como llegó a afeitar al general Mola o a jugadores de Osasuna, como Robinson, o aquella vez en la que estando de portero en la plaza de toros no le dejó entrar a Ernerst Hemingway porque no tenía entrada…
Toda una institución en Pamplona y en la Txantrea. ¡Hasta siempre, Pijuti!
No hay comentarios:
Publicar un comentario