martes, 30 de junio de 2015

Susana Rodríguez Lezaun, escritora

«La literatura que más me engancha y me atrae es la novela negra»


La periodista txantreana Susana Rodríguez Lezaun publicó el pasado mes de mayo su primera novela, un thriller psicológico titulado ‘Sin retorno’, y con tanto éxito que en breve verá la luz la segunda edición. Desde Txantrean Auzolan hemos charlado con esta vecina que desborda alegría tras ver realizado uno de sus sueños, poder hacerse un hueco en el mundo de la literatura. 





¿Cuándo despertó en ti la vocación de escritora? 
El otro día, mi tía abuela Araceli, que tiene más de 80 años, me decía que siempre que pensaba en mí me recordaba con un libro o un tebeo en las manos, desde que era muy pequeña. Yo tengo ese mismo recuerdo. Me veo leyendo los cómics que compraba mi tío Javier, cambiándolos por otros nuevos en la tienda del barrio, esperando a que Juana, la bibliotecaria de la Txantrea, dejase sobre el mostrador los libros que le había pedido. Siempre he leído, desde pequeña, y siempre he escrito. Primero fueron pequeños cuentos que después les leía a mis hermanos, que nunca me escuchaban, por cierto; después relatos cortos y ahora, novelas. La escritura siempre ha sido mi manera preferida de expresión, es como me siento más cómoda a la hora de comunicarme.

¿Por eso elegiste estudiar periodismo? Nunca he tenido otra vocación que la de periodista, creo que era un camino lógico en mi vida. A los diez años ya era fan incondicional de Informe Semanal y Documentos TV, y por eso me duele especialmente la deriva actual de estos programas. Siempre tuve el periodismo como meta y he sido muy afortunada al poder trabajar en diferentes medios de comunicación hasta ahora, que he cambiado las historias reales por las inventadas.

¿Y cuándo surge la idea que se convierte en una novela? No exagero si digo que hace casi una década que vi en mi cabeza la primera escena de Sin retorno. Como si fuera una película, vi a una mujer maltratada iniciando una huída hacia delante y tomando el único camino del que no podría regresar jamás. El resto fue surgiendo poco a poco, como pequeños flashes a los que apenas podía prestar atención entonces, pero que bailaron en mi cabeza hasta que al final, a fuerza de empujar, tuve que sentarme a escribir en serio. Eso fue más o menos en 2007, y tardé dos largos años en acabarla.

Pero tiene que suponer mucho esfuerzo trabajar, tener hijos y sacar tiempo cada día para escribir…Cuando una historia bulle en tu cabeza sacas tiempo de los rincones. Me pasé meses sin ver la televisión, sentándome delante del ordenador cuando los niños se iban a la cama y robándole horas al sueño para poder terminar, pero con dos hijos pequeños y un trabajo tan exigente como el de periodista era muy difícil conseguir más tiempo. Mi marido me ayudó bastante, se llevaba a los niños al parque para dejarme a solas con mis personajes y el ordenador, y en muchas ocasiones mi familia también fue cómplice de esta necesidad de escribir y me regalaban tiempo libre. Ha sido un gran esfuerzo, pero nunca he sido cobarde para trabajar; me encanta escribir y no me quejo por las horas dedicadas a este proyecto.

La recompensa a todo ese esfuerzo tiene que ser ver ese proyecto convertido en libro, ¿no? Como toda escritora, mi sueño era ver publicada mi novela. En 2008, una vez corregida e inscrita en el Registro, comencé a enviarla a las editoriales en las que creía que podría tener cabida. Fue como una travesía en el desierto. Tardaban semanas o meses en responderte y siempre me decían más o menos lo mismo, que a pesar de tener un informe de lectura favorable, al ser una voz nueva, una autora desconocida, el panorama de crisis no les permitía apostar por mí. Tardé tres años en darme cuenta de que estaba siguiendo una táctica equivocada, que lo que necesitaba era alguien que me representara, alguien con contactos en el mundo editorial. Así que envié la novela a una agente literaria, Sandra Bruna, la misma que representa a Ildefonso Falcones, Eduard Estivill, Maitena o Francesc Miralles, entre otros. La leyó, le gustó y comenzó a buscar una editorial para el libro. En menos de dos meses ya teníamos una respuesta positiva.

Y hay que decir que no solo has conseguido que te publicaran un libro, sino que lo ha hecho una editorial de primera división…
¡Ya lo creo! Penguin Random House está a la cabeza en el mundo editorial, tanto a nivel nacional como internacional. Ni en mis sueños más optimistas pensé en firmar con ellos. La novela ha salido dentro del sello DeBolsillo, en la colección Bestseller.

Háblanos del libro. ¿Por qué en la línea de la novela negra? La novela negra es mi género favorito. Desde adolescente comencé a leer a Agatha Christie, y cuando terminé sus libros comencé con los de George Simenon, Conan Doyle, Manuel Vázquez Montalbán, Raymond Chandler, Henning Mankell o Frederick Forsyth, entre otros muchos. Siento pasión por Gabriel García Márquez, Antonio Machado, Antonio Gala, Almudena Grandes y José Saramago, pero reconozco que la literatura que más me engancha y me atrae es la novela negra. Siendo así, estaba «condenada» a escribir una historia policiaca, creo que no podía ser de otra manera. Desde hace mucho tiempo mi mente se ha alimentado de crímenes, investigadores y los ambientes más sórdidos de medio mundo; nadie que me conozca un poco se sorprenderá de que haya escrito una novela negra.

La trama se sitúa en casa, con paisajes navarros y hasta con alguna mención a la Txantrea, ¿por qué eliges este escenario tan cercano? 
Soy periodista, y como tal, hablo de lo que conozco. Me encantaría escribir una novela ambientada en Nueva York, creo que no hay una ciudad más «negra» que la Gran Manzana, pero no sé cómo es Nueva York a cada hora del día, cómo huele, qué tipo de gente la habita, ni conozco sus rincones, calles o sumideros. Conozco Pamplona, Navarra, mi barrio, la Txantrea…
Para mí lo natural es que mis personajes caminen por las mismas calles que yo piso. Es muy importante que la historia sea creíble, y no lo sería si la descripción del ambiente o del lugar suena falsa. Además, Navarra tiene tantos rincones cargados de misterio que no me hace falta inventarme ninguno.

El libro aborda el tema de la violencia de género, que por desgracia protagoniza al menos un titular casi a diario. Así es, y no es casual. Cuando era pequeña me asombraban las diferencias que se imponían a chicas y chicos en cuestiones como la indumentaria, el lenguaje, el comportamiento social o las expectativas de futuro. Me decían, por ejemplo, que era horrible que una mujer fumara, bebiera o dijera palabras malsonantes. Siempre he escuchado cómo denigraban a las mujeres que conseguían cargos de responsabilidad, analizando con lupa no solo su trabajo, sino también su aspecto. ¿Por qué? Han pasado cuarenta años desde entonces y no veo que nada haya cambiado. La sociedad otorga un papel al hombre y otro a la mujer, y apenas pestañea cuando una mujer es apalizada o asesinada por su pareja. Mantenemos estereotipos muy peligrosos que estamos transmitiendo a nuestros hijos, enseñándoles que los niños tienen que ser unos tipos duros y ellas deben estar siempre guapas y modosas. No avanzaremos hacia la igualdad mientras no terminemos con esa publicidad maliciosa. Y desde aquí animo a todas las mujeres que sufran cualquier tipo de maltrato a que denuncien. Hay mecanismos para ayudarlas a salir del pozo, y les aseguro que hay vida después del infierno.

¿Imagino que con el éxito que está teniendo esta novela ya estarás pensando en la siguiente? La verdad es que la segunda novela ya está escrita y en manos de mi agente, pero es demasiado pronto para hablar de fecha de publicación. Hace menos de dos meses que Sin retorno está en la calle. En la segunda novela se mantienen algunos de los personajes de la primera, como Irene Ochoa, el inspector David Vázquez y el equipo policial al completo, pero la trama es completamente distinta. Ya no hay peregrinos asesinados y la historia se traslada a la capital, a Pamplona. Aparecen temas tan candentes como el mundo financiero y bancario, el drama de los desahucios, el movimiento 15M y la solidaridad ciudadana. Por cierto, que uno de los protagonistas de mi próximo libro vive en una de las casitas de la Txantrea y sus hijos estudian en un colegio del barrio.
Susana Rodríguez Lezaun 

Nacida en Pamplona en 1967, Susana es periodista de vocación y profesión. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco, como periodista ha trabajado en el Heraldo de Soria, El Mundo y Diario de Noticias de Navarra. Además, ha elaborado el contenido de páginas web dedicadas a la cultura, la agricultura y la ganadería, y fue la responsable del vídeo promocional que la provincia de Soria presentó en la Expo Universal de Sevilla 1992. En el año 2003 recibió el Premio Periodístico Ciudad Barañáin.
Sin retorno 
Una historia sólida y trepidante que combina la mejor tradición del serial killer junto a la intensidad del género, y en el que la autora demuestra gran habilidad para erigir la trama y crear personajes psicológicamente ricos, capaces de empatizar con el lector.
Mientras Pamplona está conmocionada por el incendio que le ha costado la vida Marcos, el marido de Irene Ochoa, el inspector David Vázquez deberá resolver uno de los casos más escabrosos de su carrera: varios peregrinos del camino de Santiago han aparecido muertos en Roncesvalles, a solo unos kilómetros, y todo apunta a que ha sido obra de un asesino en serie.

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