viernes, 14 de octubre de 2011

DANI BURGUI 'TEOBALDO' AL MEJOR PERIODISTA NAVARRO

Daniel Burgui: "El periodismo local es la mejor escuela, donde se aprende de verdad a contar historias"
El txantreano (Pamplona, 1985) es un reportero trotamundos. Premio al mejor periodista navarro de 2011 por la Asociación de Periodistas de Navarra, ve en este reconocimiento "una responsabilidad y un espaldarazo para quien ejerce la profesión de modo independiente"

Este PERIODISTA (sí, con mayúsculas) apenas ha parado en casa este año. Desde la gélida estepa de Kirguistán hasta el árido paraje del campo de refugiados de Dadaab, en Kenia, Daniel Burgui Iguzkiza ha seguido su inquietud para contarnos, a través de su página personal dburgui.com/blog/, historias casi inaccesibles que rezuman dignidad, la dignidad de sus protagonistas. Hoy recogerá en Olite el premio Teobaldo junto a los periodistas de DIARIO DE NOTICIAS Ana Oliveira y Javier Bergasa, entre otros.

¿Dónde se encontraba cuando recibió la noticia?
En casa. Recibí la noticia de sopetón.

¿Qué le supone esta distinción?
Una sorpresa y responsabilidad tremendas. Este año apenas he parado por Pamplona, poco más de un mes. También ha sido un año en el que menos he publicado en medios de información tradicionales, pero en el que más reportajes y viajes he hecho por mi cuenta, de forma independiente como freelance.

Y, ¿para los de casa?
Bueno, las noticias que llegan sobre mi a casa, por lo habitual, son disgustos tras la compra de un billete de avión. Pero esta vez, la nueva ha sido buena. Se lo han tomado con tranquilidad, al ver que todo el esfuerzo que uno hace va por buen camino.

¿Cree que el premio reconoce también a una nueva generación de periodistas?
Este premio es para mi una gran responsabilidad y, quizá, sea excesivamente prematuro. Decía el gran Manu Leguineche que al recibir muchos premios parece que tu carrera se acaba. Creo que sí que esta distinción da un espaldarazo a muchos periodistas jóvenes que, como yo, realizan un periodismo independiente que, a veces, es un poco ingrato. Sí que sirve como acicate a esta nueva generación a la que le resulta muy difícil desarrollar el trabajo diario. Pero quiero hacer hincapié en que igual el premio ha sido prematuro por la cantidad de gente que trabaja tan duro o más que yo. Lo acepto con una gran responsabilidad.

¿Cómo vive el "periodista navarro del año"?
(Ríe). Haciendo ejercicio de austeridad, palabra que da miedo. Soy consciente de que por empeñarme en contar algunas historias renuncio a muchas otras cosas. Vivo bien y no me falta de nada, pero para permitirme llevar acabo según qué viajes, lo hago en muchas ocasiones gracias a los sofás de amigos. Aquí me muevo en bici, sin coche y resido con mis padres, cuestiones que asumo para poder contar historias.

En septiembre llegó del Cono Sur y en apenas dos semanas ya estaba en el Cuerno de África. ¿Culo inquieto?
A veces pienso que esto me lo tendría que hacer mirar. (Ríe). Volví desde Uruguay tras siete meses fuera y lo más sensato habría sido quedarme en casa, pero el tema de la hambruna me llamó. Lo he seguido desde hace tiempo y tenía la inquietud. Al igual que comentó Javier Reverte una vez, tengo una inquietud que en ocasiones no me deja dormir por las noches. Pero tengo la posibilidad, los contactos y los recursos y sé que puedo contar esas historias. Llámalo culo inquieto o veneno. A veces lo paso mal. (Ríe).

¿Todo comenzó con 'Crónicas de un Kiliki errante'?
Sí, pero creo que esa inquietud por el periodismo es anterior. Es una especie de enfermedad que empeora con los años. El blog comenzó en 2006, como práctica para una asignatura de la universidad, y en el que he ido recopilando historietas que van desde el barrio en el que viví en Madrid o paseos por los Pirineos hasta Groenlandia o las últimas crónicas desde el Cuerno de África.

Tras Dadaab, ¿qué sigue?
Ahora toca descansar y organizar todo el material recopilado durante un año muy intenso. Como en el cuento de la cigarra y la hormiga, en este momento toca trabajar como la hormiga.

¿Algún nuevo proyecto en mente?
Estuve tres meses en Kirguistán, sigo aprendiendo ruso y me gustaría hacer un gran viaje por todas estas repúblicas exsoviéticas terminadas en -tán. De momento, tranquilidad.

Como fotoperiodista, si tuviera que elegir una imagen de estos últimos años de su carrera, ¿cuál sería?
Hay un momento que como fotógrafo es muy bello, inmortalizado por mi compañero Ander Izaguirre. Es el instante en el que enseñas una foto que les has sacado a los protagonistas de tus historias, así como el llevarles en mano la foto. Ese momento es clave, la gente se siente a gusto y tú también. Me quedo con esa foto.

¿Algún recuerdo de su paso por la redacción de DIARIO DE NOTICIAS?
Creo que tras la facultad es uno de los lugares donde más aprendí. Lo que ha cambiado es la dimensión de las historias que voy a contar. Creo que el periodismo local es la escuela del periodismo y ahí fue donde aprendí los recursos con los cuento mis historias, ya sea en Navarra o lejos de ella, como en Kenia . Cubrí fiestas de pueblos, manifestaciones y elecciones... Es donde hice cayo.

En una palabra, Daniel Burgui es...
¿Cabezón? (Ríe). La gente lo determinará en función del trabajo que tenga en sus manos, no yo. Espero que el Daniel Burgui periodista se diluya bastante, que esté poco presente y quienes realmente aparezcan y lleguen a la gente sean los protagonistas de las historias.

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