domingo, 6 de abril de 2014

«Malaputa es rock rápido, vitalista, nervioso…, como soy yo»


Fotografía: Ana Moreno.
Eduardo Beaumont, Piñas, nos presenta su nuevo disco


Subió el telón es el nombre del primer disco de Eduardo Beaumont, «El Piñas», sin sus compañeros de Marea. En esta nueva etapa vital, casi a la vez que ha sido padre de una hermosa niña, el Piñas –al frente de Malaputa, su nueva banda– ha dado a luz un disco rabioso, vitalista, de gran energía…, puro reflejo de cómo es este músico txantreano encima de un escenario. 

¿Cómo surge esta nueva aventura musical? 
Aprovechando los parones de Marea, la banda madre, y como yo siempre he estado enredando y preparando cosas por mi cuenta, historias más nerviosas de lo que hacemos en Marea, me apetecía mogollón hacer algo así, pero hasta ahora nunca me había atrevido. Sin embargo, finalmente ha llegado el momento y me he lanzado al barro. 

¿Quiénes son tus compañeros en Malaputa? 
Le hablé de este proyecto a Óscar Sánchez, que había sido guitarrista de Konorterik gabe. Empezamos a trabajar un poco, se acopló muy bien y pronto cuajó la historia. Y para la batería pensé en Eugenio Ubasos, colega mío desde hace mucho tiempo y que tocó la batería con Kutxi y Kolibri en Kintal y después lo hizo en Ramsay, y que le ha dado mucho empuje a la banda, mucha contundencia… Los dos han aportado muchas cosas al grupo, y es que aunque de partida haya sido un proyecto mío, Malaputa es la banda de los tres. 
Fotografía: Ana Moreno.

¿Cómo definirías el estilo de la banda? 
Es un rock rápido, nervioso, como soy yo… Derrocha vitalidad y fuerza. Me apetecía hacer algo así. Hay alguna pincelada tipo Motörhead, pero es sobre todo un poco el Piñas en forma de canciones de tres minutos muy sencillas: sota, caballo y rey, y poco más. Es un rock gritado, y es que con los tiempos que estamos viviendo, si no gritamos ahora… Nuestras canciones animan a la gente a despertar y meter un poco de caña. 

¿Has compuesto tú las letras? 
Sí, las letras son mías, menos una canción que está escrita por Kutxi Romero, ya que me dijo que le hacía mucha ilusión hacerme una letra para este proyecto, y a mí también me apetecía mogollón contar con una canción suya, ya que fue él quien me metió en este mundo de la música. 

¿Habías escrito antes? 
No había escrito nunca, no más allá de: jamón, detergente… la lista de la compra (risas), pero me lancé a preparar unas letras y me fue gustando. Aunque al principio me enredaba y le daba muchas vueltas a las palabras, cada vez que culminaba la letra de una canción era un verdadero subidón. Aunque también hay que decir que he estado al borde de un ataque cerebral de tanto forzar la cabeza… 

¿Y dónde encontrabas la inspiración? 
He escrito mucho por impulso, sobre cosas que salían al trabajar la melodía en el local, y sin embargo, cuando pensaba que iba a hablar de odio, la letra se iba transformando por el camino y acababa hablado de amor… Ha sido una experiencia muy guapa. 

Y ahora además de bajista te toca ser la voz del grupo… 
Por esa razón me apetecía también escribir las letras, porque voy a ser yo quien las cante. He cantado temas de Marea y creo saber lo que quieren decir o me las llevo a mi terreno, pero estas canciones, al haberlas escrito yo, además de que no se me van a olvidar (risas) el sentimiento es mucho más emotivo. Ahora tengo que cuidar un poco más la voz, porque si tenemos un par de bolos seguidos hay que dar la talla… 


Fotografía: Ana Moreno.
¿Y la música? 
Yo tenía algunas historias en la cabeza, pero la música es de Óscar. Ha estado desde el principio conmigo, ha visto cuál era la idea y ha pillado de maravilla el concepto. Así que ha sido él quien ha traído los riffs principales de la mayoría de los temas. 

¿Por qué el nombre de Malaputa? 
En el lenguaje coloquial un malaputa es un bala, un vivo, un rabioso… Creo que es algo que nos representa y por eso estuvimos los tres de acuerdo a la hora de escogerlo. Nos parece también que es un nombre que no se olvida, y desde luego no es para nada un nombre sexista ni nada parecido, quien nos conozca lo sabe muy bien. 

¿Y cuál es la idea a partir de ahora? 
Tocar y tocar. Tenemos muchas ganas de tocar, y la intención es presentarlo por todo el Estado, sin tirarnos a lo loco, pero a saco en todos los sitios que se pueda… Ya tenemos fechas en Madrid, Barcelona, Zaragoza, Oviedo, Salamanca… Y empezamos aquí el próximo 12 de abril, en la sala Big Star de Villava (Totem). 

No hay duda de que la música es ya parte de tu vida… 
Es mi modo de vida, pero no acabo nunca de acostumbrarme. Hemos hecho ya tres conciertos de presentación, y me pongo tan nervioso antes de empezar a tocar que llego a pensar en por qué demonios me he metido en esta nueva historia, y encima también cantando, y además en sitios más pequeños, más cerca de la gente. Hay más presión y me dan ataques de ansiedad cuando pienso en la que he liado…, pero si ha salido así por algo será. 

Siendo el cantante va a ser más difícil verte botar a lo largo de todo el escenario… 
Eso me decía una colega: «Se va a echar de menos al Piñas mareado…». 


Pues enhorabuena por vuestro primer disco. 
Muchas gracias, estamos muy contentos con él. Realmente, tras el aprendizaje de Marea, este es mi primer disco, y por eso es tan energético, si no fuese así siendo el primero, tú me dirás que íbamos a hacer después… Espero que a la gente de la Txantrea también le guste.




«Café y mulas», primer videoclip de Malaputa 

«Este es el tema con el que hemos hecho el primer vídeo del disco, que ha corrido a cargo del también txantreano Iñaki Alforja, del que me gustaban sus trabajos documentales, y la verdad es que lo ha bordado… Es mi homenaje particular a mi padre. Habla del contrabando y fue la primera canción que hice. Ahí fue cuando comprendí al Kutxi cuando decía que las canciones están hechas y que solo es ponerte y te salen. Fue la primera y la acabé en una noche. 

Está dedicada a mi padre, porque todo lo que sus hijos hemos podido hacer, es por todo lo que ha currado en su vida, y por todo lo que siempre hizo por sacar a los suyos adelante, como cuando le tocó dedicarse al contrabando y a otras muchas cosas. Por todo eso me apetecía homenajearle. El propio Iñaki flipó con mi padre, ya que me dijo que lo mejor de hacer el videoclip había sido conocer a mi padre. También quiero hacer una mención muy especial a mi madre por su apoyo. A los dos, un millón de gracias.»




Autor entrevista: David Mariezkurrena

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